Teníamos muchas ganas de probar el café en esta creperie tan bonita. Habíamos pasado muchas veces por ella, pero el local es pequeñito y casi nunca había sitio. Por suerte, esta vez llegamos en el momento justo y pudimos acomodarnos.
Al entrar, te sorprende el colorido. Todo está decorado de tal manera que parece que estás en una plaza en el corazón de Francia, sentada en la terraza y rodeada por tiendas de comestibles. Porque, además de servirte un café bastante rico (tomamos un café con leche), en Creperie La Rue venden productos franceses: macarons, tartas, salsas, mermeladas...
No se si fue sólo ese día, pero toda la clientela sentada en el local la componían mujeres jóvenes. Supongo que el ambiente y la música francesa invitan a las confidencias. Eso sí, no pararon de llegar personas en busca y captura de un gofre o un crêpe recién hecho para llevar.
En definitiva, si te gusta el estilo y ambiente franceses, y los sitios pequeños y acogedores, Creperie La Rue te gustará. Los precios están en la media, el café bastante rico y los crêpes de nutella, deliciosos.
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